Llegó la transición al Senado
(AUTOR: Balbueno Medina, periodista y productor de televisión).- Recientemente publicamos un artículo en el que planteamos la necesidad de que se produjera un relevo o una transacción en el Congreso Nacional, debido a la cantidad de periodos consecutivos que llevan los presidentes de las dos Cámaras Legislativas que conforman ese poder del Estado.
En el razonamiento que hicimos poníamos como ejemplo la forma en que se había dinamizado el ejercicio gubernamental desde el Poder Ejecutivo, a raíz de que el presidente Danilo Medina, había ascendido a la conducción del Estado en el 2012, impregnándole un estilo diferente e inyectándole nuevas energías.
Al parecer, nuestras reflexiones surtieron el efecto que esperábamos, en aras no solamente de que desde ese poder del Estado se produzca un revelo en la conducción de ambas Cámaras legislativas, sino en que por fin se haga justicia con dos damas que como Cristina Lizardo, en la vicepresidencia del Senado y Lucia Medina, en la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, han permanecido a lo largo de los reinados de Reinaldo Pared Pérez y Abel Martínez Duran, a la espera de ser tomadas en cuenta.
De mi parte, aprovecho esta ocasión para felicitar al actual presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, por haber tomado la valiente decisión de no volverse a presentar como aspirante a esa posición en el próximo periodo de dirección legislativa y ojala que el mismo sea imitado por Abel Martínez Duran, quien debería de hacer lo propio para que le mostremos al país la cara de un congreso dominado por dos mujeres que han sido reelectas por sus comunidades en sus respectivas curules.
Esta vez, los bufetes directivos del Senado y la Cámara de Diputados, como es de esperarse, estarían conformados por el equilibrio de género que se le ha querido dar y que todo luce indicar se ha venido repitiendo en varios estamentos de poder en nuestro país. De esta manera podríamos decir que a partir de la legislatura que se inicia en el próximo mes de agosto, podríamos tener dos mujeres ostentando la presidencia del Senado y la Cámara de Diputados y a dos hombres ocupando las posiciones de vicepresidentes que ellas representan en estos momentos.
Eso en cierto modo significaría para la sociedad dominicana un tránsito de avanzada en lo que concierne al relevo en la conducción de los poderes del Estado, porque no solo estaríamos ante un cambio común, sino frente a la demostración más palpable de reconocimiento a los aportes que las mujeres han hecho a la vida profesional y política del país.
El Congreso como expresión genuina de la democracia haría un gran aporte a la sociedad dominicana, no solamente con la escogencia de Cristina Lizardo y Lucia Medina, en la presidencia de sus hemiciclos, sino con seguir promoviendo la alternabilidad en la conducción de los mismos para proyectar los nuevos líderes que necesita el Estado de cara al futuro de la nación.
A Reinaldo Pared Pérez le correspondió entender la necesidad de disponer del tiempo necesario, porque había agotado varios periodos y su espacio al frente del Senado de la Republica para dedicarse a buscar la candidatura presidencial por el PLD, lo mismo que deberá entender quien lo sustituya en esas funciones, porque todo en la vida tiene su fin y nadie puede ser eterno en las posiciones públicas, por lo que hay que seguir aspirando a crecer conforme se lo permita el pueblo.
De hecho, la renuncia del presidente del Senado a querer seguir en ese puesto abrirá las apetencias políticas de otros legisladores que intentaran desconocer la prudencia y la paciencia que ha tenido Cristina Lizardo al permanecer tanto tiempo en la vicepresidencia de ese hemiciclo, pero como conocemos la última decisión la tendrá el Comité Político del PLD, donde se buscara el equilibrio de las fuerzas representadas en ese partido.
Por eso, aunque nuestro deseo hubiera sido que dado la entrega y el equilibrio que representan Cristina Lizardo y Lucia Medina, en su condición de mujeres valiosas y respetables, fueran escogidas como nuevas presidentas del Senado de la Republica y la Cámara de Diputados, los compromisos políticos y el equilibrio de las fuerzas internas en el PLD, podrían hacer variar esa decisión, porque así lo hemos observado a través de la realidad política que vivimos en nuestro país, pero de que una de las dos será sin lugar a dudas la representante de una de nuestras Cámaras en el Congreso Nacional, no nos cabe la menor duda de que será así , a partir de agosto próximo.
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