SANTO DOMINGO.- Nuevamente este jueves se reanudarán las conversaciones entre las autoridades de República Dominicana y Haití, suspendidas desde hace varios meses.
Este acercamiento se produce en medio del proceso de regularización de extranjeros por parte del Gobierno dominicano, con una cuantiosa inversión. Las autoridades haitianas, de su lado, han sido cuestionadas por sus propios ciudadanos que residen ilegalmente en territorio dominicano por su interés de cobrar la expedición de actas de nacimiento y otros documentos que facilitarían que ellos puedan normalizar su estatus en el país.
Entonces, sería pertinente que las comisiones de los dos países pongan sobre la mesa los temas más prioritarios de la agenda binacional.
Y sin dudas, que la documentación de los haitianos indocumentados en República Dominicana debe concitar la preocupación colectiva, si ciertamente hay alguna preocupación de resolver el dilema de siempre sobre la migración.
Este diálogo deberá ser extendido a los asuntos del comercio, en virtud de que la informalidad en las negociaciones entre comerciantes dominicanos y haitianos debe venir bajo la norma de cierta regularización que beneficie a ambos países. Es decir, que la recaudación fiscal y el orden institucional comiencen a ponerse en práctica en toda la franja fronteriza.
Otro asunto debe ser el tráfico de armas y de drogas. Para nadie es un secreto que desde la nación haitiana existe un trasiego permanente de drogas, al ser el país utilizado como puente del narcotráfico hacia Puerto Rico y Estados Unidos.
Entonces, sería pertinente que las autoridades dominicanas y haitianas definan acciones conjuntas para el combate de las actividades ilícitas de carteles que operan en contubernio en ambos países.
Y lo más importante debe ser, ciertamente, fortalecer las relaciones armoniosas que siempre han existido entre República Dominicana y Haití.
En esa dirección debe ir dirigida la atención de las autoridades de las dos naciones.
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