Artículo: Hablemos de observación electoral /Autora: Talyam Vásquez
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Ahora que el expresidente Leonel Fernández ha sido designado como Representante Especial de la Misión Electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la cual enviará una misión para observar las elecciones de la República Bolivariana de Venezuela, que elegirá las autoridades parlamentarias el 6 de diciembre de este 2015, se me ocurre plantearles que hablemos de observación electoral.
La UNASUR comprende la unión de los 12 países que se encuentran dentro de América del Sur, apareciendo como organismo de observación electoral en el año 2011, con el objetivo de contribuir y apoyar a los organismos electorales de los países miembros, para el correcto desarrollo de las etapas de los procesos electorales.
Aunque es un organismo relativamente joven, en este ejercicio, ha llevado a cabo 16 Misiones de Observación Electoral en las diferentes naciones que lo conforman.
En esta ocasión pasará una dura prueba, pues, le corresponde observar en un país que se encuentra sumergido en una difícil situación política, en donde la oposición ha cuestionado abiertamente las decisiones de su actual presidente, ha mostrado desconfianza en el Consejo Nacional Electoral, y solicitó la participación como observador de la OEA y la UE.
Le corresponderá aunar esfuerzos, para que no solo los envueltos en el proceso electoral, sino toda la opinión pública, y los países del hemisferio, acepten la legitimidad de la labor que realicen sin poner en tela de juicio el ejercicio que desarrollen, por esto, resulta de vital importancia que sea el mismo país en donde se realicen los comicios que proporcione toda la documentación que requiera la Misión y que esta labor se lleve a cabo, sin injerencia ni atentado a la libre determinación de las naciones, haciendo las recomendaciones y sugerencias de forma respetuosa, para que estas puedan contribuir a la diafanidad del proceso electoral.
Esta Misión debe tener en claro que el recelo que acusamos los latinoamericanos, en los procesos electorales, es el producto de todos los traumas provocados por las intervenciones, a fin de que, sorteando todos los escollos, logre realizar un trabajo digno que le permita contribuir con su accionar a devolverle el cauce a las aguas a este país amigo. Solo me queda desearles a mis amigos venezolanos unas elecciones sin traumas, en donde impere por encima de todo la democracia, la libertad y la transparencia.
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