Artículo: Esas visitas sorpresa/Autora: Talyam Vásquez

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente Danilo Medina ha sido catalogado duramente de populista en el sentido de que las acciones que realiza las hace para ganar adeptos, para su gobierno y hasta para su persona. Una de las mayores causas por las cuales ha recibido tal acusación se debe a su estilo de gobernar, cuando inició brincando charcos y saltando vallas, para llegar a las localidades más remotas, y de ese modo, realizar sus acostumbradas visitas sorpresa.

¿Qué traen esas visitas sorpresa? En pocas palabras, soluciones y esperanzas, y es que llegar a una localidad donde no hay una fuente de trabajo y que, en cuestión de minutos, el Presidente de la República instruya para que, a través del gobierno, se creen esas herramientas no puede llamarse de otra forma. Lograr insertarse en el mercado laboral y ser una persona de provecho para la sociedad, definitivamente que es esperanza.

Talyam Vásquez, abogada y politóloga.
Talyam Vásquez, abogada y politóloga.

Ahora bien hay que señalar que fuera de los críticos que, necesariamente, tienen que existir para que el equilibrio democrático, tan resquebrajado en estos días, se mantenga, las visitas sorpresas del presidente Medina han gustado, y no solo a los beneficiarios. Me cuentan que hay directores, de organismos del gobierno, que lo han imitado dentro de la misma Institución en la que dirigen.

¿Qué han querido imitar? ¿La búsqueda de soluciones? ¿Ofrecer esperanzas?, no, nada de eso, por el contrario, han realizado visitas sorpresas, pero para “observar” en que se encuentran los empleados de la Institución, y me pregunto, ¿es que los supervisores de áreas no saben cumplir con su función?, parece que volvemos a viejas prácticas donde el clima más que de trabajo era de miedo  e inestabilidad. Ojalá no sea así porque, con la revolución de la Internet, estos métodos han quedado obsoletos e innecesarios.

Si de imitar al presidente Medina se trata lo primero que deben hacer, los que lo imitan, es dotar a estas visitas de un rostro amable, que estas sean esperanzadoras para el personal con el que se labora, y que mediante ellas se reivindiquen situaciones, se cumplan promesas, se informen las conquistas de la institución, se premie el trabajo bien hecho y las metas cumplidas.

Me parece que un “Bien hecho”, no está de más,  ¿ustedes que creen?

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