DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-. Desde hace unos años hay una tendencia preocupante en torno a la vulgaridad que se promueve en los medios de comunicación.
Han surgido ciertos personajes sin ningún criterio profesional que asumen personajes que atraen a sectores de la sociedad, mayormente jóvenes, que asumen patrones de conducta muy alejados de los valores tradicionales.
Se ha convertido como algo normal el uso de palabras descompuestas y fuera de tono en determinados programas en internet, en los que se evidencia que carecen de normas ajustadas a la moral y la ética.
De ahí es la diferencia de los verdaderos profesionales del periodismo y los llamados comunicadores.
Los periodistas se rigen con un camino de estatutos éticos y reglas que se procuran no ser violadas.
No existen las presiones de los llamados “view” ni de los “likes”.
Entonces, es atinada la resolución del Ministerio de Cultura en procura de adecentar el contenido que se divulga por los programas de radio y televisión, así como en medios digitales.
No se puede permitir que desaprensivos establezcan valores muy alejados de la realidad de nuestra sociedad.
Los medios deben ser usados para orientar y educar a la población.
Nunca para diseminar basura, con un lenguaje soez, como es lo que ocurre actualmente.
El rechazo debe ser colectivo sobre los “improvisados” que quieren mantenerse al margen de la normativa y de la decencia.
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