DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- La prensa recoge el drama de la esposa del exprocurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, sobre el hecho de que presuntamente sus hijos no lo han podido ver desde que guarda prisión en una de las celdas de la cárcel de Najayo, en San Cristóbal, por el expediente denominado “Medusa”.
¿Por qué el término de drama atribuido a María Isabel Pérez sobre la situación de sus hijos y el exjefe del Ministerio Público?, por el hecho de que constituye una actitud de aberración e inhumana, en caso de ser cierto, que el apresado no pueda tener contacto con sus hijos, lo que puso de público conocimiento la señora envuelta en llantos.
Independientemente de las imputaciones que reposan en el expediente contra el exprocurador, las autoridades del Ministerio Público no tienen ninguna justificación de lesionar ese vínculo familiar y de calor humano.
Ese aislamiento -en caso de ser cierto, se insiste- representa también una violación a la ley y a derechos humanos.
El exprocurador general de la República merece y tiene todo derecho el siempre de recibir el cariño de sus hijos, lo que debe ser recíproco.
Ante las preocupaciones de la señora Pérez , lo correcto sería que desde la Procuraduría General de la República se ofrezca una explicación válida sobre este comportamiento, que debe ser corregido en caso de cometerse este hecho, porque no se puede contribuir a la desunión de la familia.
Hay que recordar por igual, que hay que presumir la condición de inocencia para el exprocurador Jean Alain Rodríguez y los demás imputados en el expediente Medusa hasta tanto no exista una sentencia definitivamente irrevocable, que viene a ser la última instancia del proceso.
Por tanto, Jean Alain Rodríguez -no importa quién sea- está revestido aún de los conceptos constitucionales de respeto a sus derechos, por lo que su familia y sus abogaos deben gozar de todas las facilidades legales para visitarlo y tener el intercambio necesario en medio del proceso legal que se ventila.
Sería bueno que las autoridades judiciales indaguen la dificultad que haya detrás de cualquier orden inapropiada sobre la visita de los hijos y su familia al exprocurador general, ya que nunca es tarde para corregir una injusticia.
Los comentarios están cerrados.