Desenfreno en Nicaragua
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El periodismo independiente está en peligro en Nicaragua.
El régimen sandinista y autoritario de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta de la República, ha desatado una persecución permanente para cercenar las críticas de cara a las elecciones programadas para noviembre venidero.
La persecución también ha sido dirigida hacia los partidos de oposición, con siete precandidatos presidenciales en prisión.
La libertad de expresión y de prensa en Nicaragua prácticamente no existe, salvo para aquellos medios de comunicación que han decidido arrodillarse a las ambiciones políticas de la pareja Ortega-Murillo.
Al igual que otros medios, el periódico La Prensa ha dejado de circular desde este viernes por la retención de 100 toneladas de papel por parte de la Dirección General de Aduanas.
La razón de esta incautación obedece a que el rotativo se ha convertido en un medio crítico a los desmanes y arbitrariedades que comete el Gobierno contra el sistema democrático y cuando el país se encamina a una brutal dictadura sin desenfreno.
Ortega y su esposa, con el apoyo de los poderes fácticos de Nicaragua, quieren llevar a Nicaragua a un proceso electoral sin la participación de la oposición y las garantías mínimas de transparencia y de democracia.
El miedo y el silencio se expanden por todo el país ante la amenaza gubernamental de aplicar la ley de la prisión inmediata contra quienes osen emitir alguna opinión contrario a los deseos continuistas de los gobernantes.
No solo dirigentes políticos opositores guardan prisión por decisiones ilegítimas del Gobierno, sino también periodistas que se han resistido al estado de arbitrariedad y de acoso imperante en ese país.
El régimen sandista persigue a los periodistas mediante la llamada Ley de Ciberdelitos que pone en marcha la Fiscalía.
Las opiniones deben ser emitidas exclusivamente a los medios que cuentan con el aval y las simpatías del gobierno de Ortega-Murillo, solo así se evita el cierre y la persecución de sus ejecutivos y periodistas más independientes. En septiembre de 2019 el periódico El Nuevo Diario fue obligado a cerrar después de 40 años de circulación. Otros medios, como el caso de El Confidencial, ha sufrido de las furias del régimen.
La situación de Nicaragua ha activado las preocupaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y de organismos de derechos humanos, al igual de Estados Unidos y la Unión Europea, ya que está en peligro la democracia y la integridad de los ciudadanos adversos al Gobierno.
Lo que ocurre en Nicaragua contra la prensa y la oposición obliga a una reacción por exigir las garantías necesarias para que no colapse la democracia en ese hermano país.
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