DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- En el país circula un escándalo desagradable que debe ser totalmente repudiable.
No es posible que una artista urbana, conocida como Tokischa, incurre en la aberración de profanar la sanidad de la Virgen de Nuestra Señora de la Altagracia en el municipio de Jarabacoa, en la provincia La Vega, con la divulgación de fotografías suyas con poses sexuales y casi desnudas.
El Ayuntamiento de La Vega ha interpuesto una querella por esta acción injustificable para que el Ministerio Público proceda al sometimiento a la Justicia de esta cantante urbana.
Esta joven, sin importar los cuestionamientos futuros, debe estar detenida ante una actitud que consterna y que repudia el pueblo dominicano.
No es posible que los antivalores sean el norte de algunos artistas urbanos con el único propósito de captar nuevos seguidores en las redes sociales y que sus hechos queden impunes, cuando sus acciones obligan a sanciones drásticas.
No vale disculpa que pueda hacer la artista Tokischa ante su exhibición visual semidesnuda ante la Virgen Nuestra Señora de la Altagracia. Ella merece el repudio colectivo y las autoridades judiciales deben aprovechar para establecer medidas ejemplares para que ningún artista sienta la tentación de profanar los símbolos patrios y las normas en las que sustenta la sociedad dominicana.
El talento debe ser promovido por los artistas sin importar el género. Pero también su calidad personal y humana tiene que ser difundida en lo público y en lo privado.
Nadie tiene derecho a promover los antivalores.
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