DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Válido es reconocer el esfuerzo desplegado por el presidente Luis Abinader y el Gobierno para inmunizar a toda la población ante el despliegue de la pandemia del Covid-19.
El hecho de haber conseguido la adquisición de más de 5 millones de dosis de diferentes vacunas, principalmente Sinovac procedente de China, representa el mejor ejemplo de la preocupación de las autoridades para proteger la integridad y la salud de los ciudadanos.
¿Qué ha faltado, entonces? La conciencia ciudadana para acometer la necesaria prevención contra el virus.
Ahora que circulan dos nuevas variantes o cepas del SARS-Covid-19 de Brasil y del Reino Unido es urgente que los dominicanos comprendan el peligro que entraña no estar vacunados.
De ahí que el Gobierno se ha visto obligado a desplegar una jornada especial de vacunación de los focos de contagios con mayor incidente que han sido el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo y San Cristóbal.
Entonces, se impone la solidaridad para que ningún ciudadano, sin importar su estado social, se resista a inocularse, ya que preservar la salud constituye un asunto de seguridad nacional, en virtud de que el Gobierno está obligado constitucionalmente a garantizar la sanidad y la integridad física de la población.
Por cuya razón, ha sido muy positivo que los partidos de la Liberación Dominicana, de la Fuerza del Pueblo y del Partido Reformista Social Cristiano hayan anunciado la disposición de sus locales para el despliegue masivo de una jornada de vacunación, lo que trae el ingrediente de que sus militantes y seguidores se verían obligados a acudir para ser inoculados.
Hay que abandonar la indiferencia y las creencias en cualquier magnitud, para comprender que el país se encuentra en un estado de emergencia por la tercera ola o rebrote del Covid-19.
La verdad que hay que pensar primero en el país.
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