DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El tema de la reelección despierta pasiones y contradicciones. Ya sea por quienes simpatizan con el continuismo en el poder, como aquellos que advierten sobre su peligro para la institucionalidad democrática.
Llama la atención que a solo ocho meses de Gobierno, en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se levanten voces que empujan a esa organización a la modificación de sus estatutos para eliminar la prohibición que tendría el presidente Luis Abinader para buscar otra candidatura a lo interno de esa entidad y así buscar otro periodo gubernamental de cuatro años a partir de 2024.
El ambiente preocupa por dos cuestiones básicas: primero, el presidente Abinader y el PRM deben centrar sus energías en una correcta gobernanza y en el ejercicio dentro del marco de régimen legal, principalmente dirigido en el fortalecimiento institucional y del sistema democrático. Segundo, que nadie se explica qué buscan dirigentes y cercanos colaboradores del Mandatario con crear una discusión extemporánea sobre un tema que solo conduce a la división en el debate público y en las pasiones en diferentes sectores.
Un tercer elemento que se podría destacar sería que el Gobierno y el PRM podrían perder el apoyo recibido en sus ocho meses de gestión en caso de enfrascarse por un afán de continuismo cuando el país sigue bajo la amenaza de la pandemia del Covid-19 y cuando todavía las actuales autoridades no han cumplido con la agenda prometida en las pasadas elecciones.
Lo correcto sería que el Gobierno persista en ganar la confianza de la población en su programa de Estado, mientras las cuestiones político-partidarias referentes a la reelección se discutan cuando la coyuntura sea beneficiosa para cualquier proyecto continuista a favor del presidente Abinader.
El PRM impuso la prohibición de la reelección en su artículo 101 de sus Estatutos para cumplir con la ideología que existía en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) contra el continuismo en el ejercicio del poder, tras una lucha pertinaz del fenecido líder José Francisco Peña Gómez contra el continuismo del también fallecido expresidente Joaquín Balaguer, sobre la base del daño que se causa a la democracia.
La reelección, sin importar a quién o quiénes beneficie, solo ha servido para el desborde de los desatinos desde las estructuras del poder. Se establece el descontrol en el ejercicio de la función pública y en la responsabilidad de los detentadores del mandato.
En pro de mantener el control del poder también la reelección ha contribuido al fomento del fomento de la corrupción y de la permanente violación del sistema jurídico, sobre la base de que el Presidente de la República es infalible y que en amparo de la política hay que incurrir en cualquier desmán para retener la cosa pública.
Consciente del impacto negativo que podría tener la discusión del tema de la reelección a lo interno del PRM y por su repercusión en los diferentes segmentos de la sociedad es que el presidente Abinader ha desaprobado el debate por el momento, con el válido argumento de que ahora solo está concentrado en el trabajo para resolver los problemas de la gente. Este mensaje táctico del Mandatario debe ser asimilado por los promotores del cambio de los estatutos del PRM para abrir la brecha a que el Mandatario pueda optar por otro periodo a partir de 2024, solo con la conciencia de que la coyuntura actual es extemporánea y en nada beneficiaría al sistema democrático, mucho menos el ejercicio gubernamental de su partido.
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Lo aconsejable es dejar las pasiones y el oportunismo para otro momento. Ojalá que así lo entienden los más cercanos colaboradores del PRESIDENTE ABINADER.
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