Comité para el Desarrollo del Banco Mundial precisa establecer las bases de una recuperación resiliente ante Covid-19
NUEVA YORK, Estados Unidos.- La pandemia de COVID-19 continúa causando devastación en los países, saturación de los sistemas de salud, alteraciones en la productividad, amenazas a la seguridad alimentaria, multiplicación de los puestos de trabajo perdidos y reducción de los ingresos, en particular entre las personas más pobres. Ha generado la mayor contracción económica de las últimas ocho décadas, ha afectado a todas las economías y ha hecho que se derrumben las inversiones, el comercio y las remesas.
La crisis mundial pone en peligro las vidas y los medios de subsistencia de las personas más vulnerables, ya que incrementa la pobreza, exacerba las desigualdades y socava las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo. Esta situación exige una respuesta global, sólida e integral de la comunidad del desarrollo.
Estos fueron los mensajes fundamentales del Comité para el Desarrollo, foro de nivel ministerial que representa a 189 países miembros del Grupo Banco Mundial (GBM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), contenidos en el comunicado que se emitió en las Reuniones Anuales de las instituciones. En esta oportunidad, la convocatoria fue virtual y se concretó a través de reuniones en línea.
En el discurso que pronunció en la sesión plenaria del evento, David Malpass, presidente del GBM, hizo hincapié en estas inquietudes, señalando que la pandemia “podría dar lugar a una década perdida, caracterizada por el crecimiento escaso, el colapso de muchos sistemas de salud y educación, y una nueva ronda de crisis de deudas soberanas”.
El Comité felicitó al GBM y al FMI por la celeridad y la escala de la respuesta a la COVID-19, al tiempo que los exhortó a continuar trabajando con los países miembros, los sectores público y privado, los asociados locales y bilaterales dedicados a la tarea del desarrollo y otras organizaciones internacionales.
Asimismo, destacó que el GBM proporcionó USD 45 000 millones en financiamiento relacionado con la COVID-19 en el último trimestre del ejercicio de 2020. Las operaciones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) continúan en más de 100 países, con un volumen de financiamiento que podría llegar a los USD 160 000 millones hasta junio de 2021.
El Comité manifestó su respaldo al enfoque puesto por el GBM en la respuesta sanitaria, social y económica, así como en las políticas, las instituciones y las inversiones que serán clave para una recuperación resiliente, inclusiva y sostenible. Afirmó que el GBM desempeña un papel fundamental en los grandes desafíos de alcance mundial y que, al ayudar a los países a lograr una reconstrucción mejor y más sólida, puede cumplir su misión de poner fin a la pobreza e impulsar la prosperidad compartida, además de contribuir a alcanzar los objetivos de desarrollo de los países.
En su discurso, Malpass se centró en las dimensiones humanas de la crisis, comenzando con las nuevas proyecciones del Banco Mundial, que indican que, para 2021, entre 110 millones y 150 millones de personas más habrán caído en la pobreza extrema. Debido a que la pandemia ha afectado gravemente al capital humano, destacó el respaldo del Banco Mundial al aprendizaje a distancia en 65 países y la alianza con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para la elaboración de marcos de reapertura de las escuelas.
De cara al futuro, instó a la colaboración para contribuir a una recuperación inclusiva y resiliente. Señaló que “los países necesitarán admitir capital, mano de obra, nuevas aptitudes e innovaciones para pasar a un entorno de operación distinto luego de la COVID-19” y que, durante la recuperación, “es fundamental que los países trabajen para poder alcanzar sus metas climáticas y ambientales”.
Teniendo en cuenta que los proyectos sanitarios de emergencia están bien encaminados para respaldar la adquisición de mascarillas, equipos para salas de emergencias y otros suministros relacionados con la COVID-19, tanto el Comité como Malpass destacaron la importancia de una vacuna eficaz como la vía más factible para que el mundo retome sus actividades. Durante las reuniones, el Banco Mundial anunció planes destinados a que los países en desarrollo puedan disponer de hasta USD 12 000 millones para la adquisición y distribución de las vacunas, una vez que estén disponibles. IFC también invierte de manera contundente en las empresas fabricantes de vacunas y suministros conexos a través de su Plataforma Mundial para la Salud, dotada de USD 4000 millones. Estos esfuerzos contribuirán a facilitar un acceso equitativo y a bajo costo para los más pobres y los que corren mayor riesgo.
Por otra parte, esta semana el Grupo de los Veinte (G-20) extendió el plazo de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), que ahora también abarca los primeros seis meses de 2021. Esta iniciativa impulsada originalmente por el GBM y el FMI permite a los países de ingreso bajo suspender los pagos del servicio de su deuda ante acreedores bilaterales oficiales. Mientras señalaba que “la DSSI está generando ese espacio fiscal que tanto se necesita y respaldando los programas de financiamiento del GBM y del FMI para los países más pobres”, el Comité alentó a los bancos multilaterales de desarrollo a ampliar las medidas e invitó también a participar a los acreedores privados.
En la reunión del Comité, Malpass destacó (i) que la suspensión de la deuda es una solución provisoria importante, aunque insuficiente: “Más allá de la DSSI, debemos considerar la reducción del volumen de endeudamiento. De otro modo, no habrá luz al final del túnel para quienes habitan en los países deudores”.
A las reuniones de este año les sigue el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora el 17 de octubre. A modo de caja de resonancia de la preocupación por los efectos de la pandemia en el capital humano, el evento virtual titulado “Superar los retrocesos” incluye videos de jóvenes de todo el mundo, muchos de los cuales manifestaron su optimismo y ofrecieron sugerencias sobre lo que pueden hacer los países para generar una recuperación resiliente.
Siguiendo la misma tónica, en su discurso (i) ante el G-20, Malpass dijo: “Incluso en medio de esta crisis, algo que no se vio en los últimos 100 años, confío en que aparecerán soluciones sostenibles si abrimos las puertas al cambio constructivo, entre otras cosas”. En su discurso de la sesión plenaria, amplió esta visión: “Si trabajamos juntos, creo que podemos acortar la duración de la crisis y establecer cimientos sólidos para un modelo de prosperidad más duradera, uno que pueda hacer crecer a todos los países y a todas las personas”.
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