MICHES, Dajabón.- Juan Martínez, tiene usted que preguntar por Villavásquez para encontrarlo, vive en Miches de Dajabón donde, durante toda una vida y por esos crueles castigos de la pobreza, se estuvo ponchando una y otra vez. Abanicando todo el tiempo.
Eso sí, nunca se rindió. Cada vez que le tocaba el turno al bate, daba lo mejor de sí.
Lo que quería era escribir él mismo la alineación de su equipo de béisbol juvenil. Villavásquez, el entrenador, no sabía leer ni escribir.
“Llevaba los lineups (alineaciones o lista de jugadores) feísimos”, cuenta Rafael Estrella, narrador deportivo y amigo de Juan.
El palo lo dió Juan cuando una joven llamada Altagracia, que es alfabetizadora del Plan Nacional Quisqueya aprende Contigo, se mudó a vivir a su casa y lo convenció, a sus cincuentipico de años, a dedicarle un tiempito todos los días a aprender a leer y a escribir.
No quería, pero Altagracia y Rafael vencieron su resistencia.
Dice Juan, Villavásquez, que Danilo Medina lo ha puesto a valer porque ahora sabe de letras.
Palo por los 411 para Juan y victoria para Altagracia que le ganó el partido al analfabetismo.
Pronto, muy pronto, República Dominicana será declarada territorio libre de analfabetismo.
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